EMPRESAS Y RECESION
Cuando los países desarrollados han entrado en recesión, y los países emergentes de mayor influencia en el crecimiento económico mundial se están desacelerando, todos debemos prepararnos para un periodo de recesión.
En artículos anteriores hemos analizado el tema a nivel de países, ahora lo abordaremos a nivel de las empresas para ayudar a navegar en aguas turbulentas, y dejar el barco y su tripulación más potentes para cuando vuelva la calma.
En épocas de recesión, la Caja es el Rey, esa es la norma. Es decir, manejar la empresa en función de su flujo de caja, la rentabilidad es secundaria.
Los más exitosos en manejar una recesión son los que están preparados. Estos se ajustan para los escenarios más duros, aunque no se den. Tener un solo presupuesto, es un error, y puede ser un desastre. Al menos deberían trabajarse tres escenarios con proyecciones a tres años, cada uno con acciones de contingencia, las mismas que se activan una vez que los indicadores de tendencias que se monitorean casi a diario mandan mensajes de que un escenario ha cambiado para otro peor.
Empresas con mayor nivel de endeudamiento y participantes en sectores de mayor riesgo son las más castigadas. Refinanciar las deudas de corto plazo y reducir el nivel de deuda es mandatario. Puede hacerlo con emisión de bonos corporativos, venta de activos improductivos o no rentables, reducciones de capital de trabajo.
Reducir costos de manera inmediata pero creativa, drástica pero sin perder el largo plazo. Flexibilizar los gastos, sustituir aumentos de salarios fijos por variables en función de metas creíbles, y eliminar algunos servicios y procesos.
Mire las reducciones de personal como reducción de capital. Doloroso, pero si debe hacerlo, hágalo con responsabilidad, minimizando los impactos personales. No separe gente que maneja procesos estratégicos. Iniciativas de desvinculación asistida, o de reinserción laboral en actividades de micro-emprendimientos pueden ser muy efectivas, y su reputación como buen empleador será potenciada enormemente.
Cuando los bancos cierran el crédito, sus clientes aspiran que usted sea el banco substituto. Igualmente usted lo aspira de sus proveedores, pero nadie quiere asumir ese rol, ¿qué hacer?. Tenga posiciones fuertes, no ceda ante presiones. Prefiera descuentos adicionales a dar crédito, recuerde que la caja es todo.
No deje de ver oportunidades, sobre todo si es financieramente fuerte. Si no lo es, hay otras opciones, busque alianzas de fusiones o de cooperación con otros colegas que puedan hacer sinergias con usted.
Haga lo que sus competidores no están dispuestos a hacer y supérelos. Esto es válido sobre todo en inversiones en nuevas tecnologías, productos, mercados y marca.
Lidere cerca de sus colaboradores y clientes. Esto dará confianza, sobre todo si además de hacerse presente, comunica sus decisiones de manera amplia y sistemáticamente.
Roberto
Referente en gobernanza empresarial e infraestructura público-privada. Presidente de Succexion. Firma pionera en el enfoque de gobernanza a través del ciclo de vida de la empresa. Ha sido Chairman y CEO de Masisa, Amanco y Nueva Holding, y VP ejecutivo de Conslrcio Nobis. Profesor, columnista y Secretario de Inversiones P P del gobierno del Ecuador. MBA ESADE-Adolfo Ibáñez. Programas en Wharton, Kellog y Harvard Kennedy School. Economista de la Universidad Católica de Guayaquil.