GESTIONANDO EN EL CAOS
El nivel de afectación que ha tenido la ciudad de Guayaquil por la pandemia ha sido desbordante y alarmante por la cantidad percápita de contagiados y fallecimientos en un ambiente muy difícil de gestionar por parte de las autoridades y demás actores.
Un ambiente de caos, como lo explica la teoría del mismo nombre, se representa como una situación impredecible e incontrolable que genera efectos dinámicos y aleatorios de alto impacto propios de un sistema complejo de controlar. Sin embargo, se pueden identificar ciertos patrones útiles para enfrentarlo.
Los primeros momentos influyen mucho en el nivel de desorden que se puede proyectar. Por ejemplo, en un incendio forestal la clave es la capacidad de reacción para que un brote inesperado pueda ser controlado en los primeros veinte minutos, o el efecto expansión puede ser incontrolable si otros factores se agudizan como el calor y el viento. Lo mismo pasa con fenómenos expansivos de manera rápida y aleatoria como las pandemias.
En estas circunstancias el liderazgo efectivo es clave. Una cualidad del líder es conocerse a si mismo, por lo que dejar el ego y designar a expertos que tomen el control operativo de la situación delegándoles autoridad mejorará las probabilidades de éxito.
Los principios normales de gestión aquí no funcionan. Planificar, organizar, dirigir, coordinar y controlar son trastocados por la velocidad, las enormes presiones, la información inexacta y el escrutinio constante. Al menos 4 elementos son relevantes para enfrentar la situación, como la interconexión, retroalimentación constante, integralidad, y la auto organización.
La interconexión obliga a entender rápido el contexto y establecer patrones de cadenas causa-efecto que ayudan a priorizar lo urgente y lo importante. Sin embargo, estas cadenas pueden tomar cursos aleatorios por lo que la información y sobre todo la retroalimentación debe ser repetitiva con ciclos cortos de actualización para corregir y apuntar mejor las soluciones.
También se exige ver los temas de manera integral, de principio a fin, de posibles efectos directos y colaterales. Un ejemplo es no pensar sólo en los vivos, sino también en los que fallecen para no dejarlos sin funerarias y entierros dignos. Esto obliga a descentralizar los procesos oficiales como dar a los hospitales la capacidad de emitir certificados de defunción y traslados a cementerios.
Es conmovedor ver a empresarios, líderes sociales, autoridades y personal médico, auto gestionando esfuerzos para llegar a sectores vulnerables. Ojalá se complementen y coordinen entre ellos y con otros sectores locales y extranjeros compartiendo información y recursos que mejoren sus impactos.
Tres cosas se deben priorizar para la vuelta. Test de pruebas masivos y repetitivos son críticos y no hay suficientes; el equipamiento de hospitales con personal médico bien protegido; y la ayuda internacional para financiar la economía debilitada. Así se podrá regresar a producir y recuperar de a poco la actividad económica, y evitar que las personas sufran más por las restricciones del confinamiento, que por el mismo virus.
Un artículo de #SustainableManagementIniciative
Roberto
Referente en gobernanza empresarial e infraestructura público-privada. Presidente de Succexion. Firma pionera en el enfoque de gobernanza a través del ciclo de vida de la empresa. Ha sido Chairman y CEO de Masisa, Amanco y Nueva Holding, y VP ejecutivo de Consorcio Nobis. Profesor, columnista y Secretario de Inversiones P P del gobierno del Ecuador. MBA ESADE-Adolfo Ibáñez. Programas en Wharton, Kellog y Harvard Kennedy School. Economista de la Universidad Católica de Guayaquil.