EL NUEVO ESTÁNDAR
Cada vez más empresas están implementando procesos de cambio, motivados por riesgos o nuevas oportunidades de creación de valor, como los avances acelerados en el mundo digital, telecomunicaciones, biogenética, comercio, energía renovable, cambio climático, migraciones y comportamientos sociales.
La encrucijada más importante en las mesas directivas es respecto a qué cambiar, cómo hacerlo y a qué velocidad. La respuesta depende del nivel de arraigo o desapego a las fórmulas de éxito pasadas o actuales.
Lo más importante es entender las macro tendencias y los efectos al mercado, al modelo de negocio existente y la forma en que la empresa gestiona procesos y toma decisiones que crean o destruyen valor.
Aquí, la primera disyuntiva es redefinir la palabra “valor”. Tradicionalmente es una palabra que está relacionada al valor económico, y más claramente al crecimiento patrimonial de la empresa y de sus accionistas. No hay discusión respecto a la relevancia de este tipo de valor. Una empresa se constituye y desarrolla una estrategia para solucionar necesidades insatisfechas de una población generando utilidades que le servirá para crecer y llevar esa solución a cada vez más personas, recompensando a sus accionistas por el riesgo tomado. Pero debido a las expectativas sociales de comunidades y personas más y mejor informadas, este valor debe crearse de cierta manera que lo haga justo y merecido.
Es decir, el cómo es igual o más importante que el cuánto. Cuando la calidad del valor creado está en permanente escrutinio público, la forma de crearlo merece mucho más atención, sofisticando la práctica gerencial y los gobiernos corporativos de las empresas.
Cuando la calidad del valor creado está en permanente escrutinio público, la forma de crearlo merece mucho más atención, sofisticando la práctica gerencial y los gobiernos corporativos de las empresas.
Hay paradigmas que deben ser cambiados y prácticas que deben ser olvidadas:
Hay que pasar de empresas que crean valor y rinden cuentas solo a sus accionistas, a empresas que crean valor y responden para todos los grupos que son impactados por ella. Pasar del foco en la creación de valor económico, como sea, a la creación de valor económico, social y ambiental, de acuerdo a normas y expectativas sociales.
De priorizar el corto plazo, a dar importancia al mediano y largo plazo. De sólo publicar los principios empresariales a difundirlos y practicarlos. Migrar de un foco estratégico de vencer a los competidores, a un propósito que inspire a colaboradores y clientes a acercarse y preferir a la empresa.
Cambiar desde una gerencia sesgada en eficientar sus costos, a también innovar abiertamente para ampliar el mercado y mejorar su huella social y ambiental. De temer la incertidumbre y la volatilidad, a ser flexible y resiliente.
De ser un actor meramente económico a ser parte de las soluciones sociales de su entorno. El nuevo estándar ya está. Es una nueva fórmula de éxito en la creación de valor redefinido, y es viral.
Me parece un excelente artículo.
Comparto en su totalidad que nuestro desafío actual es crear sociedades más humana, más integrales. Ser capaces de crear solamente valor económico ya no es suficiente para hacer un mundo mejor, más encantador, más amable, más sustentable.
Por otro lado, que gran verdad es la “necesidad de cambio”. Creo que hacer efectivo y real un proceso de cambio trae más esperanza y reencantamiento de los seres humanos con todo tipo de organizaciones que ha creado, entre ellas, con las empresas. Estos proceso harán más vivibles las sociedades actuales.
Ojalá tengamos la valentía para salir de nuestras zonas cómodas y movernos a nuevos paradigmas, a conductas más integradoras y a prácticas más sostenibles para preservar el valor económico, social y ambiental..
Liderazgos más inspiradores generan mayor adhesión a la empresa.
Estimado Roberto,
Una vez más tu columna me hace pensar más allá de la frontera anterior. La discusión del sentido del valor así como la preferencia en el tiempo me parecen muy acertadas y me serán muy útiles para el próximo tiempo.
Una vez más gracias.
Cordialmente
Eduardo Morales Verdugo
Director Revista LIGNUM
Estimado Roberto,
Muy interesante columna, más allá de estar totalmente de acuerdo con las ideas que planteadas, ¿cómo ves tu el mercado chileno respecto a estas ideas y como se puede implementar en empresas “tradicionales”.?
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