Es fundamental apoyar la preservación de la riqueza natural amazónica para el desarrollo sustentable de la zona y  garantizar su influencia positiva en el equilibrio ambiental global.

El 20% del bioma amazónico ha sido deforestado, en su mayoría ilegalmente, fundamentalmente por el crecimiento de la demanda de madera y la presión por nuevos cultivos agrícolas y ganadería. Y es un fenómeno que se expande. La Región del Chaco, que involucra a Paraguay, Argentina y Bolivia, segundo bioma más grande de Latinoamérica, también se sigue deforestando, y a mayor velocidad que la Amazonía.

Si reconocemos que la gran demanda de madera es un impulsor relevante de la deforestación, aumentar los bosques plantados de manera sustentable es un imperativo.

De los 4 mil millones de hectáreas de bosques totales en el mundo, los bosques plantados son apenas el 7%, pero representan el 50% de la producción global de madera, demostrando así su altísima productividad, lo que puede mitigar el problema central.

Ya el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible, WBCSD por sus siglas en inglés, en un estudio sobre el mundo en el año 2050, determinó que aumentar al menos en 60% los bosques plantados, podría evitar la tala ilegal de bosques nativos significativamente. Obviamente, esto debe estar acompañado de medidas legales para regular mejor tanto la preservación de bosques nativos como el uso del suelo.
Se ha demostrado que las iniciativas colaborativas multi-sectoriales de empresas, gobiernos y sociedad civil, tienen gran oportunidad de impacto:
El uso de tecnologías innovadoras, como el programa de monitoreo satelital de deforestación, llamado Red Amazónica de Información Satelital Geo-referenciado, que usando el software Microsoft BING, junto a organizaciones privadas y estatales, ha tenido gran protagonismo por la reducción de la deforestación en la zona en 86.000 km2 en 5 años, equivalente a una área de Costa Rica y El Salvador juntos.

Otra iniciativa, liderada por la fundación WWF con empresas forestales y organizaciones estatales, es la creación de nuevos estándares para Plantaciones de Nueva Generación, desarrollando bosques con tecnologías de avanzada y potenciando mayor productividad forestal con mejores impactos sociales y ambientales al mismo tiempo.

Adicionalmente, se han multiplicado los programas de empresas involucradas en Negocios Inclusivos, principalmente para el aprovechamiento responsable de recursos naturales locales para la industria química, farmacéutica, cosméticos, eco turismo, en conjunto con las comunidades autóctonas, generando empleos alternativos y compartiendo los beneficios.

Finalmente, La preservación de bosques nativos ofrece algunas oportunidades no explotadas aún en su total dimensión. Dos ejemplos: Los pagos por servicios de ecosistemas (agua, biodiversidad), y bonos por reducción emisiones de carbono. Iniciativas todavía incipientes, en algunos casos sobre valoradas, pero a largo plazo son promesas importantes.

En conclusión, parar la deforestación tiene solución. Aumentar la oferta de madera creada de bosques plantados de manera sustentable, regular mejor la conservación y protección de bosques nativos, usar tecnología para monitorear permanentemente incendios y la tala ilegal, y programas de incentivos para dar valor a esfuerzos de preservación, son esquemas viables y efectivos.

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