VACUNACIÓN Y CORRESPONSABILIDAD

En muchos países, los medios masivos de comunicación se han sumado a campañas que promueven la vacunación en la población. En el caso de la ciudad de Nueva York a cada rato sale el médico jefe de salubridad de la ciudad, sugiriendo a la población que ante la duda, la mejor vacuna es aquella que puedes ponerte más rápido. Igualmente, personas famosas como deportistas y artistas, promueven las vacunas para inmunizarse y protegerse frente a un posible contagio que cada día es más probable que suceda.

Así, muchas ciudades y países tratan de incentivar a la población, sobre todo a la más incrédula, a que opte por vacunarse. Esto toma más sentido cuando las mutaciones del virus pueden acelerar la tasa de contagio, y aunque algunas vacunas pueden tener menos eficacia, sigue siendo sobre el 50% de protección lo cual es mucho mejor a no tener nada.
La incredulidad tiene sus causas, principalmente por las campañas que promovieron diversas teorías sobre el origen de la pandemia como la versión de una conspiración, o que las vacunas son un negociado de las grandes farmacéuticas con poca efectividad.

La importancia de hacerse cargo de estos puntos radica en que nadie debería a estas alturas estar indefenso sin conocer la otra cara de la moneda. En este sentido, está demostrándose con claridad que los países con mayor nivel de cobertura de vacunación tienen menor tasa de fallecimientos por el virus como Israel, Reino Unido, Estados Unidos, y en América latina el caso de Chile. Además, una encuesta global de la revista Nature evidenció que el 70% de la muestra estaría dispuesta o al menos consideraría vacunarse si se demuestra que las vacunas son seguras y efectivas además de estar disponibles.

En Ecuador hay buenos avances en cuanto a la disponibilidad de vacunas, y se están consolidando las alianzas públicas – privadas para darle eficiencia y cobertura. Ahora es fundamental incentivar a la población a que estén dispuestos a recibirla.

Basándonos en incentivos positivos, la comunicación es fundamental, dando testimonios claros que la gente puede evitar llegar a una terapia intensiva si toma la decisión correcta ahora. Pero puede ser insuficiente, de tal manera que se podría pensar en una mejora en el bono solidario por una sola vez, o la entrega de un kit de alimentos, o un seguro para gastos médicos en caso de reacciones negativas, poco probable pero que causa recelo.

La vacunación es importante para garantizar una más rápida recuperación económica, también para recuperar la confianza colectiva de retomar nuestras vidas poco a poco con menos riesgo.

Es importante reflexionar que nuestras decisiones, si bien son personales, tienen impacto en las personas que nos rodean, empezando por la familia. Por lo tanto hay que considerar el sentido de corresponsabilidad.

Artículo para Diario El Comercio

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