¿Quién es un emprendedor? Aquellas personas, hombres y mujeres, con la capacidad de soñar, encontrar  oportunidades, y hacerlas realidad con mucha perseverancia.  En algunos países estos sobresalen por la dedicación y apertura ante nuevas tendencias y avances tecnológicos, aprovechándolos mejor que las empresas ya consolidadas. En otros se da por la necesidad de encontrar una actividad que brinde la oportunidad de un ingreso razonable, ya que el empleo deseado es escaso, o el que existe paga mal.

Cuando las personas se convierten en emprendedores solo en procura de un ingreso mejor, tener un horario flexible, o porque sencillamente no les gusta tener jefe, en la práctica pueden decepcionarse. Incluso si eres el dueño, tu jefe son las decenas de clientes para quien trabajas. Por otro lado, ese ingreso soñado puede tardar en llegar, y, normalmente, las horas de trabajo son interminables porque tienes que hacer de todo.

Si abres un negocio porque está de moda, o porque siempre soñaste tenerlo, o porque a un amigo le va bien, este tipo de emprendimiento puede terminar mal y pronto. No tenía nada nuevo que aportar, no había una diferencia que lo distinga, o no estaba sustentado en alguna tecnología o conocimiento innovador para atraer clientes.

La prueba son los cientos de pequeños negocios que se abren en el barrio, o en el centro comercial cercano, y luego de su apertura aparentemente exitosa, en pocos meses palidecen, pasan meses o años sin generar ganancias razonables, y no los cierran por la vergüenza ante los conocidos, o la esperanza que algún milagro ocurra. El emprendedor real no tiene miedo al fracaso, ni se avergüenza de una frustración.

Muchos tienen las ideas pero se escudan en no tener el dinero para empezar. No les gusta asociarse, o no saben presentar sus proyectos a inversionistas o a instituciones financieras privadas o públicas que apoyan a nuevos emprendedores. Otras veces buscan empezar a lo grande, lo cual es otro error. Comienza chico, incluso para errar pequeño, pero piensa en grande cuando sepas que acertaste.

Los emprendimientos con mayor posibilidad de éxito, empiezan aportando algo nuevo, diferente, o mejor que lo existente, y con mucha pasión y perseverancia van adaptándose hasta consolidar una propuesta sustentable a la clientela. La mejor forma de hacer esto, es aprovechar un cambio demográfico, gustos, tecnologías, y adaptarla a una necesidad que está siendo pobremente atendida. Remunerar de forma variable a los empleados ayuda a lograr compromiso y pasión colectiva, incluso si hay que compartir las ganancias.

En resumen, para ser emprendedor, primero conócete a ti mismo, identifica un espacio o necesidad mal atendida, luego apasiónate por el oficio, y prepárate para superar constantemente obstáculos o malos momentos, no hay que rendirse fácil, adáptate y sé flexible cuando sepas que no está funcionando, busca otra oportunidad, y cuando veas que el negocio toma vuelo, asegúrate de ponerle una turbina potente.

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *