New York, siete de la noche, a la salida del Museo Metropolitano un 26 de diciembre coger un taxi era una odisea, hasta que después de aguantar frío les ganamos la competencia a otros turistas para alcanzar uno que paró a preguntar a donde íbamos.
Diablos! dije, en la tierra de la libertad hasta los taxistas tienen derecho de elegir que pasajeros aceptar y cuales no en función de a donde van!.
Después de un largo silencio, como descansando del frío, mi esposa rompió el hielo. Usted de donde es? Le preguntó al conductor. Ecuatoriano señora. Ah!, ya me imaginé por su acento. Y de que ciudad?. De Azogues señora. Luego, la pregunta segura. Cuanto tiempo lleva acá en los Estados Unidos?. Diecisiete años, pero ya me regreso, como mi hermano, mi primo y tres amigos ya lo hicieron.
Para que va a regresar si en Ecuador las cosas andan mal y no hay trabajo –pregunté-. Mire, -dijo el taxista paisano- antes la decisión era difícil porque acá las cosas estaban bien, en un día como este me podía hacer 400 dólares, pero con esta crisis no llego ni a la mitad, entonces no importa si allá está mal, porque acá está peor. Ya envié lo suficiente para tener mi casita y un carro, y lo del trabajo, ya veré que se hace con mis primos o mis hermanos, mis tíos. Cualquier cosa. Ya no necesito mucho.
El problema es que esto no es vida aunque ya tengo la nacionalidad, continuó. Uno vive para trabajar, y trabaja para enviar plata al Ecuador donde siempre pensé regresar. Como no paraba de hablar, aproveché para preguntarle: Pero, no cree que si ya es ciudadano puede obtener los beneficios de la seguridad social americana que es mejor que la de Ecuador? Sí, pero los impuestos que hay que pagar son altos, y hay que tener todo en regla lo que ha sido difícil de hacer, por eso no tengo ninguna atadura.
Con el desempleo aumentando en los Estados Unidos a nivel del 8% y en Europa bordeando el 10%, no es raro que en España se hable del 14% Muchos de estos desempleados son ecuatorianos, que duermen en la calle o en albergues.
El gobierno español tiene alrededor de cinco millones de inmigrantes en el país en una severa contracción económica, y para priorizar el poco empleo a sus ciudadanos, están ofreciendo 14 mil dólares a los extranjeros legales que dejen el país a través de un plan de retorno voluntario.
Sin duda que la contracción de remesas dificultaría el plan de estabilización del gobierno, y al existir menor liquidez y demanda, la contracción económica sería mayor, sin embargo, el mayor problema está en el aumento de desempleo y la carga que esto genera para la sociedad y el gobierno.
Por lo anterior, puede ser una buena idea monitorear este fenómeno y preparar iniciativas entre gobiernos y sociedad civil para minimizar los impactos. Las políticas de apoyo a Pymes y microempresas es fundamental para desarrollar nuevos micro-emprendedores con capacidad de ver oportunidades. Solo espero, que si se hacen taxistas, no hagan discriminación.
