ESTIMULOS FISCALES

La esperanza del 2009 para la economía y el bienestar de las personas están centradas hoy en día en los famosos estímulos fiscales que muchos gobiernos están lanzando.

Digo muchos, y no todos, ya que aquellos países que consumieron sus fondos de reserva en el apogeo ahora les es imposible aumentar el gasto de gobierno, reducir los impuestos, o aumentar las inversiones en infraestructura, para compensar la enorme caída del consumo privado local y externo.

Los estímulos son importantes ya que la crisis global de créditos afecta el consumo de las personas y la inversión de las empresas en general, provocando que se demanden menos productos y servicios, causando una caída general de los precios (deflación) y de la producción, generando desempleo sistemáticamente.
Sin embargo, hay algunos elementos que hay que tener claro para no exagerar las expectativas sobre los estímulos fiscales:

Estos son solo amortiguadores, no solución al problema central. Se pueden inyectar trillones de dólares para compensar la caída de la demanda, pero el sector financiero seguirá enfermo. Es fundamental asegurar recursos para sanearlo ya que es propulsor del crédito y generador de crecimiento.

En los Estados Unidos ya se han aprobado 1.5 trillones de dólares para aliviar a los bancos y aislar los créditos tóxicos, y se aprobará un plan de estímulo económico de casi 900 billones de dólares. Aún así, no se sabe si estos valores enormes serán suficientes, hasta cuanto aguantará la máquina de hacer dinero o que efectos secundarios tendrán sobre todo en inflación.

Los estímulos deben tener efectos de largo plazo. Los aumentos de gastos de gobierno que no se sustentan también en inversiones que mejoren la productividad y competitividad de largo plazo tendrán efectos temporales. Es vital dirigir recursos a educación, viviendas, tecnología, infraestructura energética alternativa y renovable.
Los gastos en infraestructura toman tiempo en desembolsarse, por lo que sus efectos se diluyen en el tiempo. Usualmente requieren licitaciones y procesos de autorizaciones y planificación largos.

Las reducciones de impuestos pueden crear problemas futuros. Aumentar impuestos es más difícil que reducirlos. Y los aumentos temporales son más fáciles de cumplir que las reducciones por tiempo pre-determinado.
Aumentos de gastos gubernamentales compiten por recursos en el mercado monetario con efectos importantes. El dinero deberá ser procurado a través de emisiones de bonos de gobiernos, restringiendo recursos para iniciativas del sector privado o simplemente aumentando el costo del dinero una vez que las percepciones de seguridad de los bonos estatales cambien en los inversionistas.

Aún considerando los estímulos fiscales planteados en el mundo, parece inevitable una recesión global. El real desafío es que la deflación y el estancamiento no sea prolongado, para lo cual, las acciones deben ser oportunas y suficientemente agresivas.

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