EL DIFÍCIL CAMINO A LA RECUPERACIÓN

Recuperar el país es ya un camino complejo, y hacerlo instalando un nuevo modelo de desarrollo económico y social, puede ser una odisea. Posible solamente si una buena mayoría de la sociedad civil asume el compromiso.

El país puede tener la gran oportunidad de demostrar su resiliencia ante la crisis regenerando sus capacidades institucionales y recuperando su nivel de actividad más allá de lo que ocurría antes de la crisis sanitaria, recordando que la situación en ese momento no era óptima. De hecho, estábamos en recesión económica y una fragmentación social muy fuerte.

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Por lo tanto, volver a lo mismo sería perder, y para honrar esta crisis hay que salir fortalecidos respecto a lo anterior.

Un cambio es necesario para obtener mejores resultados. Y ese cambio es la elección que hizo la mayoría de los ecuatorianos en las elecciones del 11 de abril. Moverse hacia un modelo económicamente más liberal, dada la escasez de recursos estatales, que logre impulsar un crecimiento más sostenido, y más responsable en lo social y ambiental, junto con una mayor cohesión social y participación de la sociedad civil.

Esto requiere sacar provecho de las fortalezas internas y externas del nuevo gobierno: Su alta aceptación inicial, el efecto estabilizador que brinda la dolarización, el buen momento de las exportaciones, la mejora en la percepción de riesgo país, las tendencias preocupantes en países vecinos tradicionalmente atractivos para la inversión, y los sectores emergentes de alto potencial como la minería. Así también, se deben considerar algunos desafíos presentes y aún no resueltos como: La crisis sanitaria con serias repercusiones sociales y en el empeoramiento de la situación fiscal, la baja representación del gobierno en la Asamblea, los compromisos aún pendientes con el FMI, un equipo político del gobierno aún por demostrar capacidades, la influencia de la oposición y algunas organizaciones sociales.

La recuperación en su primera fase sabemos que dependerá de la vacunación masiva que avanza satisfactoriamente, la obtención de financiamiento y la focalización de subsidios. Pero a mediano plazo será importante tener resultados en el crecimiento de las exportaciones petroleras y no petroleras junto a un flujo visible de inversiones muy superior a lo que se vio en los últimos años. Por esto es importante lograr las reformas legales necesarias para impulsar un modelo basado en exportaciones e inversiones, que no sólo fortalecerá la dolarización, sino también a la generación de empleo y acceso a oportunidades.

Esto no es gratis, se requiere de la comprensión, el consenso, o al menos de la tregua, de algunos sectores sensibles a la obstrucción y movilización por defender un status quo insostenible. Esta es la parte más difícil del camino a la recuperación.

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