MUNDO BAJO PRESIÓN
Muchas presiones están exigiendo cambios simultáneos mostrando las inconformidades acumuladas de una generación con aspiraciones disímiles; pero las instituciones, gobiernos, empresas e incluso la sociedad civil, no tienen la visión ni la agilidad para adaptarse oportunamente. Algunas evidencias:
Exigencias de mayores libertades y nivel de participación política en países del Oriente Medio, empezando por las revoluciones en Egipto, Yemen, hasta la guerra civil en Libia.
La situación en países europeos enfrentados a una situación económica divergente a nivel de países y razones. Alemania cada vez más reacia a financiar los problemas estructurales de países como Grecia, Portugal o España, que no han adaptado sus gastos y beneficios sociales a su real capacidad.
Por otro lado, millones de personas que consideran que el real problema no está en los beneficios de la economía del bienestar, sino en los efectos del salvataje de los bancos en la crisis financiera del 2008 que aún no está controlada.
Los disturbios juveniles en Inglaterra de Agosto, son otra evidencia de jóvenes inconformes con la justicia y oportunidades de empleo, multiplicando los efectos con las nuevas tecnologías de las redes sociales.
La continua narco-violencia en México refleja las consecuencias de una guerra sin pronóstico de corto plazo, que cansa y desgasta a los países.
La irrupción de los estudiantes en Chile, que ha hecho tambalear a todo un gobierno, demandando el fin del lucro en la educación y el comienzo de una educación de calidad igualitaria.
La polarización política en los Estados Unidos, fundamentalmente por la ambición de los republicanos de recuperar el poder, más de una vez a puesto en riesgo el funcionamiento del país y la posibilidad de una nueva recesión.
El crecimiento de los países emergentes ha dado paso a la inflación, limitando el crecimiento por un lado, sin alejar los miedos de una brusca recesión global mas profunda que la del año 2009. China, India y Brasil han iniciado políticas monetarias contractivas y limitado niveles de gasto para reducir los temores y darle sustentabilidad a su creciente influencia global.
Todas estas presiones están postergando acciones mas concretas para contener el calentamiento global que pocos años atrás se definía como el principal desafío de la humanidad, un desafío aún pendiente.
La aspiración de vivir en países políticamente libres y democráticos, socialmente igualitarios, sanos y bien educados, económicamente equilibrados y crecientes, y ambientalmente sostenible, está lejos de poder cumplirse, sin embargo, son las presiones sociales las que generan cambios cuando no hay líderes visionarios.