Es el caso del nordeste brasileño, conformado por los Estados de Marañón, Piauí, Ceará, Paraíba, Pernambuco, Alagoas, Sergipe y Bahía.  Estos vienen creciendo su actividad económica desde hace algunos años a tasas superiores de la media nacional.  En el 2008 lo hicieron al 5.3%, y este año, con crisis y todo, está previsto que crezcan 1.5% a pesar que el crecimiento del país en general será negativo.

En el 2003, el 50% de las familias nordestinas vivían con menos de 770 reales por mes, y formaban parte de la clase E, el más bajo poder de consumo. Al 2008 había caído al 30%, lo que significa que alrededor de diez millones de nordestinos ingresaron a las clases C y D incorporándose a niveles de vida más altos con acceso a artefactos de cocina, tv, autos, servicios educacionales o de salud que antes no podían pagar.
Ninguna región ha sido tan beneficiada por los programas de transferencia de rentas del actual gobierno. De los 12 millones de familias beneficiadas por la Bolsa Familia (un subsidio directo a amas de casa), el 50% vive en esta región donde el programa es responsable por cerca del 3% de la renta familiar nordestina. El porcentaje parece bajo, pero sumado a otras iniciativas como la jubilación rural y el aumento del salario mínimo en un 94%, desde el 2003 han ayudado a elevar la renta de la población.

Si bien la economía regional ha sido empujada por incentivos de distribución de renta, hoy se sustenta por la inversión privada ya que la región ha recibido grandes inversiones de infraestructura, puertos, carreteras, fábricas nuevas o ampliaciones importantes, apertura de negocios de comercio y servicios. La región nunca recibió tanto dinero privado. Las inversiones pasaron de 2 billones de reales en 2003 a 13 billones el año 2008.

El pragmatismo del gobierno ha logrado consolidar una alianza entre gobierno y sector privado, con los beneficios que esto provoca: generación de empleo formal, la continuidad de crecimiento económico que el gobierno no puede satisfacer por falta de recursos o porque empresas nacionales o internacionales (comoAlcoa, Nestlé, Kraft, Novartis,) tienen más experiencia y eficiencia.
Pero algunos desafíos deben ser superados, sobre todo en el campo educativo. La región mantiene niveles bajos de educación y calificación de mano de obra.

Solo ahora están llegando a la media de años de estudio que el restante del país tenía en 1999. Otro problema es el desequilibrio del crecimiento entre estados como el existente entre Alagoas y Marañon respecto de otros como Ceará y Pernambuco.
Sin duda es un caso interesante, digno de analizar y aprender.

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