INCERTIDUMBRE

Después de muchos falsos amaneceres o buenas noticias que no duran, la recomendación de prudencia  no es suficiente, aunque tampoco hay que ser profeta de la peor catástrofe.

La palabra que mejor describe al mundo económico actual es incertidumbre: Que si la eurozona permanecerá unida? Si sigue unida será con todos los países de hoy? Que pasará con Grecia? Y con Portugal? España resolverá su crisis dentro de la eurozona? Por otro lado, Estados Unidos volverá a crecer de manera sólida? O le espera otra recesión? China recuperará su nivel acostumbrado de crecimiento?. Demasiadas preguntas para pocas respuestas, o muchas, dependiendo del nivel de especulación que se quiera.

La eurozona sobrevivirá por una sencilla razón, los costos de una desintegración total serían enormes que nadie quiere enfrentarlos. Por otro lado, el proceso será largo y doloroso ya que el liderazgo político es insuficiente para los acuerdos definitivos que sellarían un pacto de integración de largo plazo. La solución de fondo, acompañar a la unión monetaria con una unión fiscal y bancaria, exigirá ceder soberanía, algo difícil para países y gobiernos mal acostumbrados a hacer lo que más les conviene en el corto plazo.

Incluso el país más frágil, Grecia, al borde de una salida, eligió el camino de insistir en la permanencia por entender los mayores ajustes que tendrían que hacer sin la eurozona que dentro de ella. Algunos analistas recomiendan una salida de Grecia ya que podría devaluar su nueva moneda y salir de la crisis con una inflación que duraría un par de años al estilo de Argentina del año 2001. Sin embargo, eso es simplificar demasiado ese camino.
Portugal ha ido reduciendo su riesgo de colapso por la humildad y alineamiento de su pueblo. Los portugueses son más tranquilos y menos beligerantes, asumiendo los costos con mayor responsabilidad y sacrificio que otras poblaciones.

El 70% de los españoles, según una encuesta publicada por los diarios hace pocos días, no quieren de nuevo la peseta, y prefieren una salida bajo la protección de la eurozona. A pesar de las reclamaciones, luego del último anuncio de recortes de gastos por casi 70 mil millones de euros, el país no tiene otra opción, y la asumirá a cualquier costo social o político con la esperanza que en el mediano plazo pueda recuperase.

El caso de Estados Unidos es de una desaceleración prolongada, con incertidumbre importante por las elecciones y un peso enorme por la deuda pública. El escenario más probable es que el nuevo gobierno no domine el Congreso y por ende tenga dificultad en facilitar un plan de recuperación del crecimiento. La primera prueba será a fines de diciembre, cuando el gobierno enfrente nuevamente el llamado precipicio fiscal, cuando el nivel de deuda y déficit llegan al máximo permitido por la Constitución y tenga que aprobarse una excepción al menos temporal.

China depende mucho de la capacidad de estimular su mercado interno para substituir la demanda de países europeos y Estados Unidos que crecen menos. La intención la tiene el gobierno, y para Latinoamérica es mejor que lo logre, de lo contrario países como Brasil, Argentina, Chile e incluso el Ecuador, estarán en mayores aprietos.

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