MITIGAR POBREZA

Lo normal es identificar la pobreza con los niveles de ingresos.  Por ejemplo, se ha definido que las personas que viven con menos de 1 dólar diario están dentro de la llamada pobreza extrema. Sin embargo, también es pobreza no tener acceso a educación, salud, movilización, o no poder tener una vida digna y libre. Veamos como esto desencadena una serie de desafíos.

La generación de empleos es la solución más genérica. Para crearlos se requiere producir, y los gobiernos no son los más expertos en esto, necesitándose la participación plena de las empresas del sector privado. Fomentar la inversión, que es la antesala de la producción, y la creación de bienes públicos, es un rol claro para los gobernantes.
Luego, gobiernos y empresas deben pagar salarios que dignifiquen al trabajador o trabajadora para llevar una vida decente. Si el nivel de salario debe ser suficiente para alcanzar una vida digna, la forma de pagarlo sustentablemente es a través de una adecuada productividad, que se obtiene, entre otras cosas, con educación y capacitación técnica.

Buena educación exige gobiernos con la capacidad de diseñar programas educacionales consistentes con las necesidades del desarrollo social y de la producción, con infraestructura y personal docente adecuados, tanto en cantidad como en calidad. Y, por otro lado, estudiantes dispuestos a aprender.
Los estudiantes estarán más dispuestos si las familias de donde vienen lo permiten, promoviendo aquellos valores fundamentales que forman el carácter ético de las personas, la unión familiar, y buenas prácticas de higiene, nutrición y salud.
Las familias dependen mucho de los padres, quienes deben tener formas de vincularse y relacionarse en sus comunidades que les permita vivir y trabajar de manera sana y productiva. De esta forma, la Iglesia, las asociaciones barriales, cooperativas de pequeños negocios o de ahorro y crédito, servicios sanitarios y de salud, así como la eficiente distribución de alimentos, son fundamentales apoyos de la vida diaria.
Las familias crecen cuando a su vez tienen acceso a: títulos de propiedad, crédito, vivienda, educación, servicios básicos tales como comunicación, transporte, y artefactos para mejorar la calidad de los alimentos o el confort familiar.
La capacidad de ahorro no solo es importante, sino que representa uno de los desafíos más grandes en las comunidades de bajos ingresos. Ahorros para seguros de salud, vida y pensiones a veces son un lujo que con creatividad podrían ser accesibles. En casos extremos, los subsidios asistencialistas condicionados son una solución efectiva, pero cuidando de no crear dependencia permanente.
En lo mínimo, no debería haber un ser humano sin identificación, al menos su nombre, y su reputación personal, pueden ser su capital semilla.
Muchos foros internacionales llegan a una conclusión común: mitigar pobreza es tan complejo que los gobiernos por si solos no pueden tener éxito, requiriendo esfuerzos coordinados con el sector empresarial y la sociedad civil.

 

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *