Menos enfoque al retrovisor y más al para-brisa. Esta es la manera en que Latinoamérica puede sacar provecho de su mejor desempeño económico actual respecto a otras regiones.

El ambiente del último Foro Económico Mundial, capítulo latinoamericano realizado en Lima, estaba caracterizado por un ambiente de optimismo en la mayoría de países de la región como México, Colombia, Perú, Chile, principalmente.

Lo anterior se daba por el crecimiento sostenido de estos países en los últimos años, y las mejores expectativas para el futuro por demostrar mayor apertura global y potencial de reducción de pobreza.

Sin embargo, hay algo que debió estar presente en la discusión, la Sostenibilidad de esta situación. Para consolidar esto en algo duradero, es importante no concentrarse en ver al de al lado, o al que se está quedando atrás, como usando solo el retrovisor al manejar, sintiéndose triunfador por estar coyunturalmente algo mejor que otros.

Esa visión inmediatista solo dará como resultado un final triste de un recuerdo de como se perdió una oportunidad.
¿Qué deberíamos hacer? Empezar por hacer las preguntas clave: ¿Cómo sostener el crecimiento por muchos años aunque China se desacelere por su modelo un tanto desgastado? ¿Qué hacer para que ese crecimiento este necesariamente acompañado de menor desigualdad? ¿Cómo aprovechar el momento para mejorar la productividad y el uso de tecnologías limpias? Como minimizar los efectos de una inminente subida de tasas de interés al reducirse el relajamiento monetario en Estados Unidos?

Para encontrar las mejores respuestas hay que manejar distinto. Acá el retrovisor sirve para advertir riesgos, y recordar las fortalezas construidas en el tiempo. Pero no debe aplicarse para aplicar recetas del pasado. Las soluciones antiguas, en su mayoría, están obsoletas al no funcionar con las tecnologías y la evolución social dominante hoy en día, para muestra solo un botón: Brasil.

Para crear un futuro más exitoso debe priorizarse nuevas formas de cooperación pública-privada, mayor transparencia en las instituciones y personas, obsesión por mejorar los sistemas educativos, mayor innovación sobre todo en la agricultura, mejor infraestructura, capacitación y servicios financieros a pequeñas empresas, sistemas de salud y pensiones más integrales en servicios y cobertura, mayor apertura a la inversión real y tecnología extranjera.
La incorporación de sistemas de energía de baja emisión de carbono es relevante, igualmente lo es ampliar proactivamente espacios para la incorporación en mayor grado a las mujeres en la producción, y considerar a personas de tercera edad y minusválidos como parte de la sociedad activa, y consolidar una economía más inclusiva. Por ejemplo, en Chile y Canadá, son cada vez más reconocidos los programas de tutores o mentores jubilados para apoyar pymes.

En resumen, ver hacia adelante, compararse con el nivel aspiracional siguiente, con visión de largo plazo, mente global y no estrecha, evitando enfocarse en aprovechar solo el momento. La oportunidad está dada, y depende de los países aprovecharla para caminar hacia una sociedad desarrollada en menos tiempo.

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