En Chile, el 11 de septiembre se cumplió 40 años del golpe de Estado que cambió y dividió al país hasta hoy. La palabra más comentada y reflexionada es “reconciliación”, a pesar de tantos años, y en plena campaña electoral. Mucho se está debatiendo sobre cambios, mejoras, pedidos de perdón. Y lo económico es parte de todo esto.Hace pocos días asistí a un evento del Club Monetario y la Universidad Finis Terrae sobre 40 años de Neoliberalismo en Chile. Tres panelistas importantes: Sergio de Castro, José de Gregorio y Nicolás Ardito Barletta. El primero fue Ministro de Hacienda de Pinochet y coautor del famoso Ladrillo, documento que fue la referencia para la transformación económica del país. El segundo, ex Presidente del Banco Central de Bachelet. Y el tercero, ex presidente de Panamá.

El ex Ministro hizo un recorrido de 40 años de reformas económicas, desde la propuesta original, resumiendo la política económica en 4 pilares: estabilidad macroeconómica, disciplina fiscal, liberalización de mercados y apertura. Mantener al Estado como un ente regulador fuerte y experto en fijar los incentivos correctos definió la base de la ideología económica. El ajuste inicial fue una devaluación enorme (20veces), libertad de precios, creación de la Fiscalía Nacional Económica, rebaja general de aranceles y el inicio de reformas estructurales en algunos frentes relevantes como la de fondos de pensiones.

La primera crisis llegó muy temprano, 1975, por los efectos del alza del precio del petróleo que provocó una caída del PIB del 12%, para luego en el 83, y después en el 91, enfrentar nuevas crisis, a pesar de las cuales el modelo no sólo sobrevivió, sino que se fue fortaleciendo y dando frutos importantes en reducción de pobreza, aumento ingreso per-cápita, crecimiento sostenido y un mejoramiento de la infraestructura envidiable.

José de Gregorio, con una perspectiva más reciente, aclaró que ninguna Dictadura justifica ningún éxito económico. Resaltó el fortalecimiento de las instituciones y la disciplina en la ejecución de un modelo tan mal entendido por muchos y mal interpretado por otros. La economía de mercado funcionó en Chile por su solidez en el tiempo y la férrea conducción de reformas estructurales por muchos años. Si bien el Estado se reservó roles como regulador y promotor, el tiempo ha demostrado que un Estado no intervencionista debe entenderse correctamente. No se cree en el Estado empresario, a pesar de operar la empresa de cobre más importante del país, pero sí en el Estado fuerte en su rol regulador que vela por el bien nacional.

El ex presidente panameño tuvo el rol de validar el modelo neoliberal aplicado fuera de Chile. Resaltó la necesidad de un modelo abierto y libre para un país pequeño y dolarizado que vive principalmente de los servicios portuarios y financieros, defendiendo la seguridad y confiabilidad que ofrece el país a inversionistas y turistas.

Luego de inquietudes varias, entre ellas la relevancia de mejorar el sistema educativo para aspirar al desarrollo pleno, alcancé a pedir el micrófono y preguntar sobre cómo usar 40 años de historia para construir 40 años futuros de mayor prosperidad. Todos coincidieron en que el talón de Aquiles ha sido la desigualdad en la distribución de la riqueza y la falta de inclusión que ha impedido una mayor cohesión social, exigiendo una nueva versión de la economía de mercado.

Agregar un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *